
Y es que, ¡a qué niño o niña no le gusta experimentar y crear sus propios slimes! Nosotros somos unos grandes apasionados de tan viscosa masa y a Eme le encanta crear sus slimes. Ya casi sin ayuda se sabe y conoce las proporciones correctas para crear un slime, de forma fácil y sencilla.
El día de San Valentín, día del amor, no es sólo para adultos ni mucho menos. En la escuela cada vez se fomenta más ese día para celebrar la amistad y el amor por la familia, los amigos, por uno mismo…
Así que como nos encanta hacer slimes y estamos en el mes de febrero que es el mes del amor y de la amistad, que mejor que preparar un slime especial amor y amistad.
Este slime se le ocurrió a Eme, ya que el otro día estuvo creando corazones con espuma de afeitar y colores. Sobró bastante espuma colorida con tonos rosas, así que preparó el slime esponjoso con espuma de afeitar.
A veces hasta puedes sorprenderte de lo que se le ocurren a los peques y es que es un slime que les hace desarrolle su creatividad, incluyendo elementos decorativos relacionados con el amor como corazones, purpurinas, adornos rojos…

Materiales necesarios para crear slime especial amor y amistad
- Bote de espuma de afeitar
- Témperas roja, rosa, morada
- Recipiente para mezcla
- Pegamento transparente
- Bicarbonato de sodio
- Líquido de lentillas
- Elementos decorativos: corazones, pompones, purpurinas…
Desarrollo del experimento crear slime especial amor y amistad
Como os he comentado antes, a Eme le había sobrado espuma de afeitar color rosa, de la actividad sensorial anterior. Así que planteó hacer el slime de amor y amistad.
La espuma de afeitar estaba ya mezclada con la témpera roja, rosa y morada y la había removido con una cuchara. A continuación añadió dos cucharadas de bicarbonato de sodio y le comenté que siguiera removiendo bien.

A ojo, fue echando pegamento transparente y a su vez iba removiendo para unificar los ingredientes que tenía en el recipiente. En este punto puedes añadir purpurina roja.


Cuando ya se observaba que el pegamento estaba mezclado con la espuma de afeitar, le comenté que echara un buen chorro de líquido de lentillas. Removía y se observaba como en las paredes se iba despegando la nueva materia newtoniana, ni líquida ni sólida que se había formado.
Metió sus manos pero aún estaba muy pegajoso. Le eché otro chorro de líquido de lentillas. Yo metí también las manos y me puse a amasar otra parte del slime y aún seguía pegajoso.
Como nos había sobrado tanta espuma de afeitar, al final se estaba quedando un slime muy grandote y tanto Eme como yo, estábamos riendo y disfrutando de la pringosa experiencia.
Se lo ofrecí a Eme y lo mezcló con el suyo. Quedó un gran trozo de slime y estuvo jugando en la mesa de la cocina un buen rato.
Amasaba, moldeaba, hizo un corazón gigante con él. Lo destrozó, hizo una carita y todo lo que se le iba ocurriendo lo plasmaba con el slime.
Añadió corazones de colores de caramelos que tenemos para ciertas manualidades y se veía un slime realmente precioso.
Qué nos dice la ciencia sobre los slimes
El slime se forma cuando se produce una reacción química entre el pegamento, que es un polímero, con el bicarbonato y el activador (líquido de lentillas). Las moléculas se alteran y cambian debido a esta reacción y el enlace químico de estos materiales, hace que se creen y combinen largas cadenas de polímeros.
El resultado es un fluido no newtoniano, esto quiere decir, que no es líquido ni sólido. Se comporta de las dos formas, ya que cuando lo vas a coger parece sólido, pero si lo depositas en alguna superficie reacciona como un líquido.
Las recetas de slime siempre son una propuesta divertida para niños y niñas, dando prioridad al juego sensorial y les ayuda a fomentar el amor por la ciencia.
Si todo esto lo adornamos con temática relacionada con el amor y la amistad, disfrutan de una experiencia táctil científica y única en la que la diversión y la creatividad son protagonistas.
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