
Ultimamente, hemos estado haciendo muchos experimentos en familia. Nos encantá disfrutar del tiempo juntos y aprovechar los días en los que no trabajamos o hay colegio para aprovecharlos más aún.
Internet es un sitio grandioso en el que se aprende mucho y uno de los experimentos que teníamos muchas ganas de llevar a cabo era el de la bolsa a prueba de fugas. Es un experimento muy fácil y muy divertido para pequeños y mayores.
Los materiales que vamos a necesitar son:
- Una bolsa grande de las que usamos para congelar alimentos
- Agua del grifo
- Lápices con punta

Comenzamos cogiendo la bolsa y llenándola de agua. La llenamos aproximadamente más de la mitad y que quede espacio para los lápices.
Comienzo introduciendo un lápiz directamente en la bolsa y para nuestra sorpresa la bolsa no gotea, como si fuera magia. Seguimos introduciendo lápices lentamente y seguimos maravillados. Mario dice que no quiere pinchar tan fuerte porque no quiere que se rompa, así que sigue pinchando lápices maravillado de ver que se hace un tapón y no cae nada de agua.
Dejamos ya de introducir lápices porque casi no nos ha quedado bolsa. O no os lo parece?

¿Por qué no se agujerea la bolsa?
Pues bien sencillo y pura ciencia. Se debe a que la bolsa está compuesta de polietileno. El polietileno es un polímero formado por una cadena de moléculas, es decir de muchas más moléculas. Cuando metes el lápiz en la bolsa, las moléculas se separan y luego se sellan alrededor del lápiz evitando que haya una fuga.
Así que ya tienes un experimento científico fácil y sencillo para realizar con tus hijos estos días dónde la diversión estará asegurada poniendo y luego quitando lápices de colores.
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