
Y es que, ¿a qué niño no le gusta explorar y descubrir el fantástico mundo de los imanes? Investigar sus propiedades, descubrir sobre qué materiales son magnéticos y cuáles no lo son, realizar búsquedas por casa o clase averiguando dónde hay materiales magnéticos…
A Eme le encantan los juegos con imanes. Hemos realizado varios experimentos y actividades sensoriales magnéticos para aprender sobre sus propiedades y siempre lo disfruta mucho.
Compramos un libro de experimentos en el que vienen sólo experimentos para realizar con imanes. Son muy fáciles de realizar y a niños y niñas les apasiona jugar con imanes ya que parece como si se hiciera magia.
También, tenemos un juego en casa que a Eme le encanta. Es una varita con un imán y viene con fichas de colores magnéticas. Le damos mucho uso en la mesa de luz, porque las fichas son translúcidas y a Eme le encanta hacer patrones diferentes, crear flores, sumar y restar con ellas… Así que crear una botella sensorial llena de esas fichas magnéticas en diferentes líquidos, es una actividad sensorial ideal para una tarde de fin de semana, observar las propiedades de los imanes, aprender a qué se pegan los imanes y a qué no…

Materiales necesarios para crear una botella sensorial magnética
- Varita magnética
- Fichas de colores magnéticas
- Botellas con tapas
- Agua
- Aceite para bebés
- Purpurina de colores (opcional)
- Mesa de luz (opcional)
Desarrollo del experimento crear una botella sensorial magnética
El juego de la varita magnética con las fichas de colores magnéticas, tiene muchas posibilidades para crear actividades sensoriales e incluso experimentos. Sus fichas son muy bonitas y coloridas y cuando viene algún amig@ de Eme a casa, siempre suele ser un reclamo para ellos.
Pues cómo quería darle otro uso, elegí una botella grande y le comenté a Eme que íbamos a echar todas las fichas de colores dentro del agua.
Este momento es ideal para preguntar a niños y niñas si, ¿funcionarán los imanes en el interior del agua? ¿con otro líquido también funciona su magia?.
Eme llena la botella de agua y echa las fichas de colores. En este momento también puedes echar purpurina de colores para dar un toque diferente o colorear el agua. Cierro bien la tapa y ya tenemos nuestra botella sensorial preparada. Ahora es el turno de que entre en acción la varita magnética.
Encendemos la mesa de luz y ya el espectáculo es más mágico si cabe. Eme juega e investiga los colores de las fichas translúcidas se ven más bellas aún y con la varita mágica, sube y baja las piezas coloridas.
Las fichas quedan en el fondo, con lo que es una forma de que ellos observen si realmente funcionan en el interior de un líquido o no. Eme coge la varita y va intentando cazar las fichas de colores.
Se sorprende y me dice emocionado que si sirven los imanes aunque estén mojados, así que comienza a subir y bajar diferentes fichas de colores. Gira el bote e intenta capturar primero las de un color, luego otro…
Se pasa un buen rato con la varita magnética descubriendo y aprendiendo las propiedades de los imanes de una forma lúdica y divertida.
Ahora le planteo que probemos con otro líquido que no sea agua, para ver qué ocurre. Traigo otra botella y la llenamos de aceite para bebé. Eme va echando fichas magnéticas de colores. Coge su varita mágica y le pregunto si hay diferencia para capturar los imanes cuando está el bote lleno de agua o cuando está lleno de aceite.
Cuando sube las fichas magnéticas sumergidas en aceite para bebés, parece que van más lentas, debido a que el aceite es más viscoso.
Qué nos dice la ciencia sobre botellas sensoriales magnéticas
En este experimento científico tan fácil y sencillo de preparar, niños y niñas aprenden sobre cómo dependiendo de que líquido usaremos, en nuestro caso hemos usado agua y aceite de bebés, observarán cómo actúa la atracción magnética.
Los líquidos tienen una propiedad única llamada viscosidad. Gracias a esta viscosidad, hará que el líquido ofrezca mayor o menor resistencia al fluir.
El agua tiene una viscosidad baja, sus partículas fluyen rápidamente, observándolo en el experimento cuando Eme subía las fichas de colores con la varita mágica.
El aceite ya comienza a ofrecer alguna resistencia, y fluye un poco más lento que en el agua. Aún así su viscosidad es baja también.
Un ejemplo de una viscosidad alta que ofrece mayor resistencia, sería la miel.

Cuando hemos usado el agua y el aceite de bebés, se observa como las fichas magnéticas, se movían rápidamente del fondo hacía la superficie, ya que tienen una viscosidad baja.
Espero hayas disfrutado del experimento. A mí me ha encantado el resultado de nuestras botellas sensoriales magnéticas.
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