
El verano ya se ha ido, y por eso, algunas familias nos juntamos para despedirlo a lo grande, con una comilona, baños en la piscina y por supuesto, experimentos divertidos y sencillos de realizar.
Fue un día muy divertido y entretenido, en la que los mayores protagonistas fueron ellos, los peques. Coincidir con gente que te facilita y apoya en locuras como ésta, la de hacer experimentos, es muy de agradecer y me siento una privilegiada por encontrarme en mi camino a gente de la buena.
Pues bien, cuándo se me ofreció la oportunidad de llevar a cabo un taller de experimentos, (gracias Rocío por confiar en mí) me puse a preparar los que consideraba atractivos e interesantes para ellos, que no supusieran mucho tiempo y que pudieran manipularlo también sin correr riesgos.
Era un grupo de aproximadamente 15 niños casi todos de infantil, aunque también de primaria. He de decir, que los papis y mamis participaron y se asombraron también de algunos de los experimentos científicos que se realizaron.

Qué experimentos elegir
En este caso, conozco a los niños y niñas con los que iba a realizar el taller y también a sus familias. Lo genial en estos talleres es que todos participan ya que si el grupo es amplio la supervisión de varios adultos es necesaria.
Pues bien, los experimentos que se eligieron fueron experimentos de bajo coste, con productos y materiales que se suelen tener en casa y que la experiencia y participación del niño sea lo más importante.
Estos experimentos pueden funcionar para múltiples edades, desde infantil hasta primaria. En ellos hay aprendizaje, mucho juego, diversión y exploración por parte de los peques.
Llevar a cabo un taller de ciencias con amiguitos de Mario y sus familias, ha sido el colofón para despedir el verano.
Gracias a todos por acompañarme ese día.
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