
Los que ya me vais conociendo, os habréis dado cuenta que me encanta realizar experimentos y actividades sensoriales con material de casa y que suponga poco coste.
En el caso de las pinturas, realizar pinturas con ingredientes comestibles es otra de mis recetas favoritas. Lo primero porque utilizamos materiales que solemos tener, o que ya están algo estropeados y podemos usarlo para otro fin y también porque cuando llevas a cabo actividades sensoriales con bebés, estas pinturas no son tóxicas, son libres de gluten y sobre todo, son una explosión multisensorial.
El otoño es una estación en la que la manzana llega a nuestras mercados con muchas variantes. Así que investigando, me puse manos a la obra para llevar a cabo esta pintura no tóxica tan otoñal.

Materiales que necesitas
- Dos manzanas
- Canela
- Maicena
- Agua
- Colorante alimenticio (opcional)
- Cuencos
- Cucharas
Desarrollo de la actividad sensorial
Lo primero que vamos a realizar es una compota de manzana con las dos manzanas que hemos elegido. Nosotros sólo teníamos manzanas verdes, pero esta pintura casera puedes hacerla con el tipo de manzanas que tengáis.
Dejamos cocer las manzanas troceadas en la olla con agua a fuego medio, hasta que estén blanditas. Una vez que estén blandas, batimos con la batidora para conseguir una textura más homogénea y dejamos enfriar.
Una vez que se nos ha enfriado, Mario coloca la compota de manzana en un cuenco, añadimos un poco de maicena y algo de agua hasta conseguir una textura similar a la pintura. En este paso también le añadimos canela, para trabajar también el sentido del olfato.
Para darle más colorido a nuestra pintura, dividimos la masa en tres cuencos, uno lo dejamos con el color original, otra añadí colorante verde, y otro cuenco con colorante rojo.
Ahora llega el momento de los pequeños artistas. A los niños les encanta pintar con este tipo de pinturas, sobre todo porque son tan novedosas y atractivas que no se resisten a usarla.
Nuestra pintura comestible es my fácil y divertida de hacer, huele de maravilla y es perfecta para bebés y niños pequeños. A Mario le encanta probar este tipo de pinturas.
Nos ponemos en el patio y en un papel continuo comienza la parte artística. Mario comienza a pintar con su dedo y yo realizo manzanas para que él las vaya rellenando de diferentes colores.
Coloco algunas hojas de laurel para después ponerlas a modo decorativo en nuestras manzanas pintadas.
Pasamos una tarde de domingo muy entretenida dejando rienda suelta a nuestra creatividad y potenciando sus sentidos.

Estas actividades sensoriales tan divertidas son una excelente forma de crear momentos en familia y el otoño es una buena estación para ello.
Recuerda siempre que la supervisión del adulto es imprescindible cuando realizamos este tipo de actividades sensoriales. También hacer hincapié, en que aunque sea una pintura comestible no significa que se la tengan que comer, simplemente que si algún bebé se la lleva a la boca no es tóxica.
¿Se te ocurre hacer pintura con alguna otra fruta de otoño? Espero me escribas pronto y compartamos ideas.
Deja un comentario