
Hace unos días, cuando estaba limpiando a fondo la cocina, encontré una lata de leche condensada que tenía guardada para hacer pintura casera.
Qué mejor momento de llevar a cabo esta actividad sensorial tan excelente y pringosa. Necesitas de pocos ingredientes y en un momento tienes una actividad de arte colorida.
La primera vez que hice esta actividad sensorial, Eme tendría unos 15 meses. Fue todo un éxito, quedó una textura brillante y no goteaba mucho. Eme se pringó por todas partes e incluso se la llevaba a la boca.
Si te encanta realizar pinturas caseras con tu bebé, ésta es perfecta para que se pringuen y descubran a través de sus sentidos.
Es una pintura no tóxica comestible, pero no significa que se la tengan que comer, ya que la leche condensada tiene muchísima azúcar. Eso sí, si el bebé se la lleva a la boca, pues sabes que no es tóxica.
Ahora la hemos repetido y es Eme quien la ha preparado. Es tan sumamente fácil y su resultado tan vistoso que seguro que a ti también te deja encantada.

Materiales necesarios
- Lata de leche condensada
- Colorante alimenticio de varios colores
- Palos de pinchitos
- Bandeja de cupcakes
Desarrollo de la actividad sensorial
Nosotros esta vez la hemos preparado en una bandeja de moldes de cupcakes que tenemos para las manualidades y los experimentos. Cuando niños y niñas tienen oportunidad de preparar y crear su propia pintura, se les abren muchas posibilidades, mezclando, inventando colores, actuando su pensamiento creativo.
Preparamos seis colores en los diferentes moldes y Eme se encargó de echar unas gotas de colorante en cada uno de los moldes preparados.


Con palos de pinchitos removemos hasta conseguir que se unifique el color seleccionado con la leche condensada. ¡Han quedado unos colores preciosos!

Prepara un folio y pinceles. Va a pintar un arco iris de primavera. Vuelvo a reincidir en la textura tan suave de esta pintura tan especial. Pasamos una mañana entretenida pintando en el patio.
Tienes que tener en cuenta que es una pintura que tarda unos días en secar. Pero cuando seca queda una tonalidad brillante y atractiva.

He liado con film la bandeja de los colores para que aguanten y poder pintar otro día. Pasada una semana vuelvo a mirar, y aún puede usarse nuestra pintura casera hecha con leche condensada.
Pinturas caseras de este tipo son ideales tanto para bebés como para niños más grandes. Cada etapa requiere de unas habilidades. En niños pequeños sus habilidades motrices son más generales, se potencia el desarrollo óculo-manual. En niños y niñas más mayores las habilidades son más específicas, trabajando la motricidad más fina utilizando diversos pinceles. Pero siempre la creatividad e interés del niño es lo que va a primar en actividades sensoriales así de libres.
Espero te animes a llevarla a la práctica y luego me comentes cómo te ha salido, estaré encantada de leerte y/o responder posibles dudas que tengas.
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